La babesiosis es muy frecuente en animales vertebrados, incluyendo ganado, animales domésticos como perros y gatos, además de animales silvestres, fundamentalmente ratas y ratones. En general se trata de una enfermedad profesional entre personas que trabajan en relación con el ganado.
En la naturaleza la transmisión típica de las babesias es por medio de garrapatas, aunque existen otros vectores como la picadura de mosca y las secreciones de los animales, que pueden transferir sangre de un portador infectado a un animal susceptible y estar involucrados en la transmisión de estos parásitos.
Los reservorios de Babesia microti son los roedores, mientras que los de Babesia bovis, divergens y bigemina son fundamentalmente, el ganado bovino.
En EE.UU. se han identificado áreas endémicas (constantes en ciertos países por influencias de de Babesia microti, mientras que en América Latina existen áreas endémicas de Babesia bovis y bigemina en los bovinos, lo que supone en estos países un serio problema para la salud animal.
Aunque las especies de Babesia son por lo general específicas para su huésped, es posible que
una sola especie de Babesia infecte a más de un huésped vertebrado, como se puede observar con
Babesia microti (roedores y el hombre) y Babesia divergens (bovinos, hombre y gerbiles).
La Babesiosis fue descrita por primera vez en Rumania por Babes en 1888 y hasta 1966 no se
detectan los primeros casos de babesiosis en humanos en América.
Se han comunicado casos de babesiosis humana en EE.UU., varios países de Europa y en África.
Se ha demostrado la presencia de anticuerpos en individuos asintomáticos a través de estudios serológicos.
El hombre suele adquirir la enfermedad, cuando se introduce accidentalmente en el ciclo natural de
la enfermedad, por medio de la picadura de las garrapatas y, en menor escala, a través de las transfusiones. Se ha demostrado que Babesia bovis, divergens y bigemia afectan más a los pacientes esplenectomizados, los ancianos y aquellos que tienen una alteración de la inmunidad; mientras que Babesia microti es más frecuente cuando no hay alteración de la inmunidad.
Por lo general las manifestaciones clínicas tienden a ser leves y a autolimitarse, por lo que la enfermedad suele pasar desapercibida y, en muchas ocasiones, ni siquiera se diagnostica.
Los síntomas de la enfermedad, cuando aparecen, son parecidos a los de la malaria, con la que se
debe hacer el diagnóstico diferencial. La forma severa de babesiosis, si no se trata, puede ser peligrosa para la vida, sobre todo en los esplenectomizados y en los inmunodeprimidos (con deterioro del sistema inmunológico).
El período de incubación oscila de 1 a 6 semanas, el cuadro clínico varía desde cuadros fulminantes a leves. Clínicamente se caracteriza por: fiebre, sudoración abundante, mialgias, artralgias, cefaleas, anemia, postración, hemoglobinuria, ictericia, pérdida de peso, hepatomegalia y esplenomegalia. Son más notables los
signos de hemólisis masiva en los individuos sin bazo.
Aunque se han comunicado casos de babesiosis en seropositivos para el VIH, no se ha demostrado que sea un agente oportunista.
En el hombre el diagnóstico se realiza mediante extensiones de sangre teñida con Giemsa y se
puede confundir con el Plasmodium falciparum. También puede utilizarse como medio diagnóstico la inmunofluorescencia indirecta.
Por la dificultad para diferenciarlo del plasmodium se recomienda hacer el diagnostico mediante una combinación de criterios: presencia de parasitemia intensa (1-50%), eritrocitos infectados por múltiples parásitos en forma de canastas y la presencia de merozoitos extracelulares.
El tratamiento de elección en la actualidad es a base de la combinación de dos fármacos: quinina
y clindamicina; así se consigue la erradicación de la parasitemia. No se han observado recurrencias
de la enfermedad tras la suspensión del tratamiento.
En los pacientes infectados por Babesia microti, el cuadro clínico es generalmente leve por lo que
no suelen precisar tratamiento específico, si lo precisan es con antiparasitarios del tipo de pentamidina y berenil, fármacos que controlan la parasitemia en sangre pero que no consiguen eliminar completamente los parásitos
En la prevención es importante el control de roedores y el uso de repelentes de garrapatas, así
como utilizar ropa clara y remeter los pantalones en las botas cuando se camina en áreas donde existe riesgo de contraer esta infección.
http://www.dpd.cdc.gov/dpdx/HTML/Babesiosis.asp?body=Frames/A-F/Babesiosis/body_Babesiosis_page1.htm
Enfermedades Infecciosas y Parasitarias 3
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Federación Española de Asociaciones de Enfermedades Raras (FEDER).
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