Dr. Iván Alberto Borrero Madan
Intenso es el dramatismo de esas esculturas. Daniel con expresión altanera, Isaías con rostro de iluminado, Oséias sereno, Ezequiel con dureza en los gestos, Joel viril y elegante, el Abdías anunciando, Amós con la estampa noble de un labriego, Jonas mirando al cielo y Habacuque señalándolo, el viejo Naum con larga barba, Jeremías con intención de escribir, el imberbe Baruque con mirada de sabio. Fuerza expresiva revela el conjunto, pasión religiosa en los finales del Barroco Americano.
Sin embargo, “Los Doce Profetas” no solo sorprenden por el dramatismo de la obra, sino también porque fue creada en el periodo que El Alejaidrinho tenía limitaciones severas en sus miembros. Había que atarles los instrumentos de esculpir a las manos, perdió todos los dedos de los pies y utilizaba las rodillas para andar; a veces lo llevaban cargado los esclavos, otras se trasladaba sobre un mulo. Su etapa más prolífica como artista fue un calvario de dolores, parálisis y deformidades.
El Alejaidrinho (Antonio Francisco Lisboa), el principal representante del Barroco brasileiro, con sus manos deformadas, presuntamente por la lepra, fue capaz de esculpir la monumental obra: “LOS DOCE PROFETAS”.
Las figuras bíblicas, erigidas a tamaño natural, aún lucen majestuosas, delante del templo de Bom Jesus de Matosinhos, en Congonhas (Minas de Gerais).Intenso es el dramatismo de esas esculturas. Daniel con expresión altanera, Isaías con rostro de iluminado, Oséias sereno, Ezequiel con dureza en los gestos, Joel viril y elegante, el Abdías anunciando, Amós con la estampa noble de un labriego, Jonas mirando al cielo y Habacuque señalándolo, el viejo Naum con larga barba, Jeremías con intención de escribir, el imberbe Baruque con mirada de sabio. Fuerza expresiva revela el conjunto, pasión religiosa en los finales del Barroco Americano.
Sin embargo, “Los Doce Profetas” no solo sorprenden por el dramatismo de la obra, sino también porque fue creada en el periodo que El Alejaidrinho tenía limitaciones severas en sus miembros. Había que atarles los instrumentos de esculpir a las manos, perdió todos los dedos de los pies y utilizaba las rodillas para andar; a veces lo llevaban cargado los esclavos, otras se trasladaba sobre un mulo. Su etapa más prolífica como artista fue un calvario de dolores, parálisis y deformidades.
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